Ouarzazate: El Enigmático Encuentro Entre Hollywood y Marruecos
Ouarzazate, apodada “la puerta del desierto”, es una ciudad que mezcla historia, cine y paisajes áridos de gran belleza. Ubicada entre el Alto Atlas y el Sáhara, ha sido escenario de películas míticas como Gladiador, La Momia y series como Juego de Tronos. Su emblemática Kasbah de Taourirt, construida en adobe y declarada Patrimonio de la Humanidad, revive la época dorada de las rutas caravaneras.
Cerca se encuentra el icónico Ksar de Ait Ben Haddou y los famosos Atlas Studios, los mayores estudios cinematográficos del mundo en exteriores. Además de su vínculo con el cine, Ouarzazate es punto de partida ideal para excursiones al desierto, valles escondidos y oasis mágicos. La cultura bereber, la artesanía local y la hospitalidad de sus habitantes hacen de cada visita una experiencia única e inolvidable.
Conocida entre cineastas y viajeros como "El Hollywood de África", Ouarzazate despliega ante sus visitantes una historia tan fascinante como sus propios paisajes. Esta ciudad alberga Atlas Studios, uno de los complejos cinematográficos de mayor extensión en el planeta. Ubicada a 1.160 metros sobre el nivel del mar, sus peculiares escenarios naturales han servido como telón de fondo para producciones cinematográficas laureadas con el Oscar, desde la épica "Lawrence de Arabia" hasta las aclamadas "Gladiator" y "Babel".
La etimología del nombre "Ouarzazate" resulta reveladora: deriva de una expresión bereber que significa literalmente "sin ruido", una denominación que captura perfectamente la esencia tranquila de este enclave estratégico situado entre el bullicio de Marrakech y la vastedad silenciosa del Sahara. Más allá de su renombre cinematográfico, esta población de 120.000 habitantes se distingue por un logro tecnológico notable: acoge la central de energía solar más extensa del mundo, cuyas instalaciones se extienden a lo largo de 2.500 hectáreas de territorio desértico.
Los próximos apartados conducirán al lector a través de los secretos mejor guardados de Ouarzazate, desde los emblemáticos estudios que han visto nacer producciones mundialmente famosas hasta la majestuosidad del ksar de Ait Ben Haddou, reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO. Este recorrido desvela las razones que han convertido a este rincón marroquí en un extraordinario punto de confluencia entre el séptimo arte occidental y la milenaria cultura bereber.

Ouarzazate atesora una historia tan profunda como las arenas del desierto que la abraza. Este núcleo cultural, anidado entre las imponentes cumbres del Alto Atlas y la infinitud del Sahara, ha presenciado el fluir de civilizaciones y el intercambio de saberes durante siglos, elementos que han esculpido su carácter inconfundible.
El origen del nombre y su significado
La palabra Ouarzazate, procedente del léxico bereber, transmite la esencia misma del lugar: "sin ruido" o "sin confusión", una denominación que captura magistralmente la serenidad que envuelve este territorio. Los estudiosos sugieren que tal designación emergió porque estas tierras constituían un refugio seguro frente a las incursiones frecuentes en las rutas mercantiles, proporcionando así un verdadero santuario de calma para los exhaustos mercaderes.
De puesto comercial a ciudad cinematográfica
Durante incontables generaciones, Ouarzazate funcionó como enclave estratégico para las caravanas que conectaban el África subsahariana con Europa. Los bereberes poblaron originalmente estas tierras, sumándose posteriormente comunidades judías y grupos procedentes del África negra. Un momento decisivo en su evolución histórica se produjo en el siglo XVI, cuando el jeque Abu al-'Abaas Ahmed bin Abdellah al-Wizkiti al-Warzazi, desde su posición como emir de la kasbah, participó activamente en la consolidación del dominio saadí sobre la región de Sous-Dra'a.
La configuración contemporánea de la ciudad tomó forma sustancial bajo la administración francesa. El año 1928 marcó un hito cuando el General Lyautey estableció aquí una ciudad guarnición que rápidamente expandió sus funciones como núcleo administrativo y aduanero. La huella colonial quedó también plasmada en edificios como la Iglesia de Santa Teresa, construida en 1931.
Con la proclamación de la independencia marroquí en 1956, Ouarzazate descubrió su vocación cinematográfica. El rodaje de "Alí Babá y los cuarenta ladrones" en 1954 inauguró una era dorada que continúa hasta nuestros días. La luz excepcional que baña estas tierras durante trescientos días cada año, combinada con las singulares formaciones rocosas y la gama cromática de ocres y dorados, justifican plenamente su apodo como "Hollywood de Marruecos".
La importancia de su ubicación geográfica
Situada a 1.160 metros sobre el nivel del mar, Ouarzazate domina estratégicamente la meseta meridional del Alto Atlas. Los conocedores la denominan acertadamente "la puerta del desierto", pues funciona como bisagra vital entre las fértiles llanuras septentrionales y la aridez sahariana.
Su privilegiada posición en la confluencia de dos tributarios del río Drâa, el Wadi Dadès y el Wadi Imini, convirtió Ouarzazate en un punto crucial para las rutas comerciales que enlazaban Sudán, Sijilmassa y Marrakech. Durante épocas remotas, caravanas repletas de especias, metales preciosos y relatos épicos transitaron por sus escarpados senderos, tejiendo una rica urdimbre multicultural.
En la actualidad, pese a ostentar el rango de capital provincial y albergar una considerable actividad turística, mantiene una demografía relativamente modesta con aproximadamente 70.000 habitantes, preservando así su carácter esencial como portal hacia las extensiones desérticas.
El séptimo arte moldea profundamente la economía de Ouarzazate, elevándola al estatus de destino predilecto para cineastas internacionales. Los vastos panoramas desérticos, edificaciones cargadas de historia, equipos técnicos hábilmente formados y costes de producción ventajosos han consolidado esta peculiar localidad como epicentro cinematográfico de extraordinaria relevancia.
Atlas Studios: el Hollywood africano
Atlas Studios, establecido en 1983, se erige como uno de los complejos cinematográficos más extensos del planeta en términos territoriales. Esta colosal instalación, que se despliega sobre más de 322.000 pies cuadrados, atrae cada año entre 20 y 50 producciones extranjeras. Resulta particularmente significativo que aproximadamente el 80% del personal que participa en estos rodajes sea de nacionalidad marroquí.
Los itinerarios guiados permiten a los visitantes adentrarse en los decorados donde cobraron vida grandes éxitos cinematográficos, descubriendo anécdotas de filmación y comprendiendo la evolución de las técnicas constructivas empleadas. Frecuentemente, los turistas presencian el inesperado privilegio de toparse con rodajes activos, observando a los intérpretes sumergidos en plena labor creativa.
Películas y series filmadas aquí
La tradición fílmica de Ouarzazate precede incluso a la fundación de Atlas Studios. Ya en 1962, la épica "Lawrence de Arabia" seleccionó el Ksar Ait Ben-Haddou atraída por su atmósfera genuina e inmaculada. Desde aquel momento seminal, más de 200 películas han aprovechado estos escenarios naturales, incluyendo producciones de gran envergadura como "Gladiator", "El Reino de los Cielos", "La Momía" y "El Príncipe de Persia".
Las producciones televisivas también han hallado en Ouarzazate un marco incomparable. La aclamada serie "Juego de Tronos" transformó Ksar Ait Ben-Haddou en Yunkai, una de sus emblemáticas urbes ficticias, mientras que distintos rincones de la ciudad encarnaron el Puerto de Pentos, donde el personaje de Daenerys Targaryen vivió su exilio.
Museo del Cine: un viaje por la historia del rodaje
Frente a la majestuosa Kasbah Taourirt se ubica el Museo del Cine, cuya inauguración oficial tuvo lugar el 30 de julio de 2007. Originalmente concebido como una instalación erigida en 1981 por empresas italianas, este recinto de 2 hectáreas preserva meticulosamente la memoria cinematográfica de la región.
Las salas del museo exhiben escenografías, atrezo y equipamiento técnico utilizados en producciones pasadas. Entre sus espacios más cautivadores destacan ambientaciones temáticas inspiradas en "Aladdin 2" con estructuras faraónicas, recreaciones de la antigua Grecia e incluso una reproducción detallada de un zoco tradicional. El recorrido expositivo traza cronológicamente la evolución del cine, desde la era silente hasta nuestros días, a través de una cuidada selección de vestuario y accesorios recuperados durante las numerosas filmaciones realizadas en Ouarzazate.

Los vestigios arquitectónicos que circundan Ouarzazate brindan una travesía cautivadora a través de los siglos y las tradiciones bereberes. Estas maravillas históricas, conservadas impecablemente gracias al clima desértico, seducen a exploradores procedentes de todos los rincones del planeta.
Kasbah Taourirt y su legado arquitectónico
En el corazón mismo de Ouarzazate se yergue la imponente Kasbah Taourirt, edificada durante el siglo XVII por la estirpe Imzwarn y posteriormente expandida por la influyente dinastía Glaoui. Este sobrecogedor conjunto monumental alberga cerca de 300 aposentos y 20 riads tradicionales dispuestos en torno a un patio interior. La kasbah, restaurada parcialmente con el respaldo de UNESCO, evidencia la suprema destreza de la arquitectura en adobe, exhibiendo torres angulares embellecidas con patrones geométricos y techumbres de tataoui tejidas artesanalmente con cañas.
Ait Ben Haddou: Patrimonio de la Humanidad
A escasos 30 minutos de Ouarzazate descubrimos Ait Ben Haddou, un ksar bereber proclamado Patrimonio de la Humanidad en 1987. Esta ciudadela fortificada, moldeada en tierra y reforzada mediante torres angulares, constituye un ejemplo sublime de la arquitectura pre-sahariana marroquí. Si bien sus estructuras actuales proceden mayoritariamente del siglo XVII, el enclave ha mantenido su carácter fortificado desde el siglo XI durante la era almorávide, funcionando como núcleo estratégico en las vías mercantiles transaharianas.
Oasis de Fint y su tranquilidad natural
A tan solo 12 kilómetros al sur de Ouarzazate, el Oasis de Fint (cuyo nombre significa "escondido" en lengua bereber) aflora cual jardín edénico entre las formaciones del Anti-Atlas. Este excepcional microclima cobija cuatro diminutas aldeas: Wangarf, Taherbilte, Timoula y Belghizi, donde aproximadamente un millar de pobladores subsisten fundamentalmente mediante prácticas agrícolas ancestrales. El marcado contraste entre la aridez circundante y la vegetación exuberante del oasis configura un panorama de extraordinaria hermosura.
Kasbah Tifoultoute y vistas panorámicas
A 8 kilómetros del núcleo urbano de Ouarzazate se encuentra la Kasbah Tifoultoute, otra magnificencia arquitectónica que perteneció a la familia Glaoui. Construida durante el siglo XVIII, esta fortaleza regala al visitante perspectivas panorámicas espectaculares del valle, los palmerales y las cumbres del Atlas. Sus elevadas torres y los elementos arquitectónicos bereberes tradicionales narran silenciosamente la historia de esta región de inigualable valor estratégico.

Una planificación meticulosa de tu viaje a Ouarzazate potenciará cada momento vivido en este tesoro del Marruecos meridional. Estas recomendaciones esenciales te ayudarán a crear recuerdos perdurables durante tu exploración.
Mejor época para viajar según el clima
Ouarzazate presenta un clima desértico subtropical caracterizado por veranos extremadamente calurosos e inviernos moderados. Los períodos más propicios para la visita corresponden a la primavera (marzo-mayo) y el otoño (septiembre-noviembre), cuando las condiciones térmicas resultan idóneas para la exploración . Julio representa el mes más tórrido, con máximas que alcanzan los 38°C, mientras que enero registra las temperaturas más bajas, pudiendo descender hasta los 3°C.
Dónde alojarse: riads, kasbahs y hoteles
Los riads y kasbahs brindan una experiencia genuinamente marroquí, con arquitectura vernácula perfectamente adaptada a las particularidades climáticas de la región. Destacan establecimientos como Riad Dar Rita, situado a apenas 15 minutos a pie del centro urbano, o Dar Ahlam, un refugio lujoso resultado de la meticulosa rehabilitación de una kasbah decimonónica. Los viajeros que prefieran comodidades hoteleras convencionales encontrarán en el Hotel Ouarzazate Le Riad instalaciones como piscina, desayuno incluido y climatización.
Gastronomía local que no te puedes perder
La tradición culinaria de Ouarzazate fusiona magistralmente los sabores clásicos marroquíes con la herencia gastronómica bereber. El cuscús con siete verduras constituye una elaboración emblemática, servida tradicionalmente durante la jornada del viernes. El recetario local incluye otras delicias como el tagine de cordero con membrillo y miel, la reconfortante sopa Tchicha preparada con sémola de cebada, y el refinado Chorba de pichón con nueces, una preparación que evoca la suntuosidad de la época del Pachá Thami El Glaoui.
Para una inmersión gastronómica completa, establecimientos como Jardin Des Arômes proponen una exquisita amalgama franco-marroquí, mientras que el Café Restaurant Sabrine sobresale por sus tagines artesanales y sus refrescantes zumos combinados.
Ouarzazate emerge como un destino excepcional donde los mundos del celuloide y la herencia bereber confluyen armoniosamente. Este enclave, reconocido como "la puerta del desierto", seduce inevitablemente al visitante mediante una singular amalgama de tradiciones milenarias y vanguardia cinematográfica.
Los estudios Atlas, sumados a monumentos tan emblemáticos como la Kasbah Taourirt y el extraordinario conjunto de Ait Ben Haddou, proporcionan vivencias memorables tanto para entusiastas del séptimo arte como para viajeros sedientos de inmersión cultural. La calidad lumínica que caracteriza este territorio durante trescientos días anuales continúa seduciendo a realizadores cinematográficos procedentes de los cinco continentes, mientras sus construcciones vernáculas y los paisajes desérticos circundantes maravillan a cuantos se adentran en sus dominios.
La localidad preserva su naturaleza sosegada, honrando así la etimología bereber de su nombre -"sin ruido"-, aunque paradójicamente alberga un pujante sector cinematográfico y una creciente afluencia turística. Quienes recorren Ouarzazate descubren no simplemente un plató natural de dimensiones colosales, sino un testimonio palpable de las antiguas rutas comerciales transaharianas y un baluarte de la cultura bereber.
Esta joya del sur marroquí, beneficiada por condiciones climáticas ideales durante las estaciones intermedias, una gastronomía distintiva y hospedajes que respetan la arquitectura tradicional, garantiza una experiencia auténtica donde la nostalgia de tiempos pretéritos coexiste en perfecta simbiosis con la vitalidad contemporánea.
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