¿Por Qué Riad Es La Nueva Joya Turística de Arabia Saudita?
Riad, capital del reino saudí, destaca como uno de los fenómenos urbanos más fascinantes del mundo actual. La ciudad ha protagonizado un crecimiento extraordinario, pasando de albergar apenas 40,000 almas en 1935 a convertirse en hogar de más de 7 millones de habitantes en nuestros días.
Los conocedores la denominan "la ciudad de los jardines", un apelativo que cobra sentido al descubrir cómo este núcleo urbano enclavado en pleno desierto logra una sorprendente fusión entre vestigios históricos y expresiones de modernidad absoluta, configurándose así como un destino emergente que seduce a viajeros de los cinco continentes.
El pulso económico de Arabia Saudita late con fuerza en Riad, pero sus calles ofrecen mucho más que oportunidades de negocio. Los viajeros ávidos de descubrimientos encontrarán un abanico de experiencias singulares: desde la contemplación del majestuoso Kingdom Centre con sus impresionantes 302 metros de altura, hasta la visita al mercado de camellos más extenso del planeta.
Cada rincón de Riad satisface tanto a entusiastas de la arquitectura vanguardista como a quienes buscan sumergirse en tradiciones milenarias. La ciudad ha acogido manifestaciones culturales significativas que han modificado sustancialmente la imagen internacional del país, manteniendo simultáneamente su esencia y patrimonio cultural.
Los visitantes pueden disfrutar del bullicio metropolitano y, a escasos minutos, maravillarse ante la inmensidad del desierto que rodea la urbe. La cuestión sobre qué actividades realizar en Riad nunca supone un dilema, dada la abundancia de posibilidades que ofrece este tesoro saudí por descubrir.

Los vestigios de la antigua ciudad de Riad narran un pasado cautivador que establece un fascinante contrapunto con su actual fisonomía cosmopolita. El nombre "Riad" encuentra sus raíces etimológicas en la palabra árabe "rawda", cuyo significado —jardines— evoca los exuberantes oasis que florecieron durante más de 1.500 años en las entrañas de la península arábiga.
Orígenes como asentamiento tribal
La historia primigenia de la ciudad nos traslada a la época preislámica, cuando la tribu Banu Hanifa fundó un asentamiento denominado Hajr, erigido como capital de la provincia de Al Yamamah.
Durante varios siglos, los dirigentes de esta región extendieron su dominio sobre vastas porciones del centro y este de Arabia bajo el amparo de las dinastías Omeya y Abasí.
El primer registro histórico que menciona a Riad con su denominación actual procede de las crónicas de un historiador del siglo XVII, quien documenta sucesos acaecidos después de 1590.
El panorama urbano experimentó un cambio significativo en 1737, cuando Deham ibn Dawwas, quien buscara refugio en el distrito de Manfuha, asumió el control de Riad y ordenó la construcción de una muralla perimetral que logró unificar los diversos barrios, consolidando así la estructura urbana. No obstante, estos primeros avances constituirían apenas el preludio de las profundas metamorfosis que aguardaban a la ciudad.
Transformación bajo la familia Al Saud
El rumbo histórico de Riad dio un giro determinante en 1744, momento en que Muhammad ibn Abd-al-Wahhab selló una alianza estratégica con Muhammad ibn Saud, quien gobernaba la vecina Diriyah.
Esta coalición, conocida en los anales históricos como el pacto de Diriyah, estableció un programa político-religioso con la ambiciosa meta de cohesionar las numerosas tribus dispersas por la península.
Pese a ofrecer resistencia inicialmente, Riad sucumbió ante el poder saudí en 1774, hecho que marcó el nacimiento del Primer Estado Saudí. Tras la destrucción de esta entidad política por tropas otomanas en 1818, Turki ibn Abdallah instauró el Segundo Estado Saudí en 1823, designando a Riad como su capital administrativa.
El episodio decisivo en la configuración moderna de Riad tuvo lugar en 1902, cuando Abdulaziz ibn Saud (Ibn Saud) recuperó el control de la ciudad arrebatándosela a la familia rival Al Rashid.
Este acontecimiento cimentó las bases para la posterior unificación del reino, proceso que alcanzaría su culminación el 23 de septiembre de 1932 con la proclamación oficial del Reino de Arabia Saudita.
Crecimiento urbano desde el siglo XX
La auténtica explosión demográfica y urbanística comienza con el hallazgo de yacimientos petrolíferos en 1938 por parte de la corporación estadounidense Standard Oil.
Este descubrimiento alteró radicalmente el destino de Arabia Saudita, situándola como foco de interés geopolítico mundial y proporcionando los recursos económicos necesarios para acometer la modernización del Estado.
Desde aquel momento, Riad experimentó un incremento poblacional sin precedentes. La modesta cifra de 40.000 habitantes en 1935 ascendió a 83.000 en 1949, para alcanzar los 150.000 residentes en la década de 1960.
Entre 1974 y 1992, la urbe creció a un ritmo anual del 8,2%, manteniendo actualmente una tasa de expansión del 9,2%, una de las más elevadas a escala global.
El desarrollo urbano contemporáneo de Riad recibió su impulso inicial bajo la administración de Salman bin Abdulaziz durante su etapa como emir de la ciudad, periodo en que se establecieron importantes infraestructuras en ámbitos como transporte, educación, cultura y deporte.
La prestigiosa revista Newsweek caracterizó la expansión de Riad durante las décadas de 1970 y 1980 como "la mayor obra de construcción de la historia de la humanidad", fase que en la lengua árabe se conoce como Al-Tafra (El Salto).
La grandeza arquitectónica de Riad cautiva instantáneamente al visitante, ofreciendo un contraste fascinante entre historia milenaria y audaz modernidad.
Desde antiguas fortalezas de barro hasta vertiginosos rascacielos, la capital saudí despliega un abanico de experiencias que satisface las expectativas de cualquier viajero.
Fortaleza de Al Masmak
Dominando el paisaje del casco histórico se erige esta magnífica construcción de barro datada en 1865. La fortaleza de Al Masmak constituye mucho más que un edificio histórico; representa un símbolo fundamental en la narrativa nacional saudí, pues sus muros presenciaron la histórica batalla que permitió a Ibn Saud recuperar Riad, estableciendo así los cimientos del Tercer Estado Saudí.
Actualmente, este monumento funciona como un museo de acceso gratuito donde los visitantes pueden sumergirse en la evolución histórica del reino. Sus imponentes muros y la característica arquitectura de adobe no solo impresionan visualmente, sino que testimonian la extraordinaria resistencia y adaptabilidad de las construcciones tradicionales en este exigente entorno desértico.
Kingdom Centre y su mirador
Este colosal rascacielos de 302,3 metros de altura distribuidos en 99 plantas emerge como el emblema contemporáneo de Riad. Su diseño arquitectónico, único en el mundo y popularmente conocido como "abre-botellas", culmina en una estructura espectacular: el Sky Bridge, un observatorio totalmente acristalado situado a 290 metros sobre el nivel del suelo que regala panorámicas soberbias de la metrópoli.
Por 69 riales saudíes, los visitantes acceden a este privilegiado mirador, siendo especialmente recomendable la visita durante el atardecer, momento mágico en que la silueta urbana se funde con la inmensidad del desierto, componiendo un cuadro visual que permanece grabado en la memoria del viajero.
Ad Diriyah, Patrimonio de la Humanidad
Situada al noroeste de Riad, esta joya histórica albergó la primera capital de la dinastía saudí. Fundada en el siglo XV, Ad Diriyah fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a sus extraordinarios ejemplos de arquitectura najdi, estilo característico del corazón de la península arábiga.
El distrito de At-Turaif, que funcionó como centro neurálgico del poder de la casa de Saud durante los siglos XVIII y XIX, preserva los vestigios de numerosos palacios y un conjunto urbano singular construido en los límites del oasis. El paseo por sus callejuelas transporta al visitante a los albores del estado saudí, permitiendo comprender la evolución histórica que desembocó en el actual reino.
Museo Nacional de Arabia Saudita
Integrado en el Centro Histórico Rey Abdul Aziz, este museo inaugurado en 1999 ofrece una ventana fascinante al pasado saudí. Sus ocho salas temáticas abarcan un extenso recorrido cronológico desde la Edad de Piedra hasta la actualidad, incluyendo secciones dedicadas a los reinos árabes antiguos, la misión del Profeta y el proceso de unificación del reino.
La colección, compuesta por aproximadamente 3.700 piezas patrimoniales entre manuscritos originales, esculturas y artefactos históricos de incalculable valor, proporciona una experiencia educativa completa por el módico precio de 10 riales. Cada sala ha sido diseñada con un enfoque pedagógico que facilita la comprensión de los acontecimientos clave que moldearon la identidad nacional saudí.
Torre Al Faisaliyah
Este emblemático edificio de 267 metros distribuidos en 44 plantas ostenta el honor de haber sido el primer rascacielos erigido en suelo saudí. Su característica forma piramidal culmina en una distintiva esfera dorada de 24 metros de diámetro que alberga un sofisticado restaurante giratorio.
Desde este exclusivo enclave gastronómico, los comensales contemplan la silueta cambiante de Riad mientras degustan exquisiteces de la cocina internacional. El acceso a la torre tiene un coste aproximado de 63 riales, y sus instalaciones permanecen abiertas desde el mediodía hasta medianoche, permitiendo admirar la ciudad tanto a plena luz del día como bajo el manto de las luces nocturnas.
Edge of the World
A apenas 90 kilómetros del bullicio urbano de Riad se encuentra esta maravilla natural, un impresionante acantilado de 300 metros de altura conocido oficialmente como Jebel Fihrayn.
Formando parte del sistema de acantilados de Tuwaiq, este mirador natural regala al visitante vistas panorámicas de un desierto que parece extenderse infinitamente hacia el horizonte, creando la poderosa ilusión de encontrarse literalmente "al borde del mundo".
Los expertos recomiendan programar la visita coincidiendo con el atardecer, cuando los rayos solares en su descenso pintan el paisaje con espectaculares tonalidades doradas y rojizas, componiendo un lienzo natural de belleza indescriptible.

El reino saudí atraviesa actualmente un despertar cultural sin precedentes que reconfigura los cimientos mismos de su identidad nacional. Esta metamorfosis ha elevado a Riad al rango de epicentro artístico donde florecen manifestaciones creativas y eventos internacionales que, hasta hace escaso tiempo, resultaban inconcebibles en estas tierras tradicionalmente conservadoras.
Eventos como Riyadh Season
Riyadh Season, cuyo nacimiento en 2019 se enmarca dentro del ambicioso proyecto Visión 2030, se ha erigido como la joya de la corona en el calendario cultural del país.
Esta magna celebración, que despliega su esplendor entre octubre y marzo, articula doce zonas temáticas donde los asistentes disfrutan desde conciertos memorables hasta experiencias gastronómicas de máximo nivel.
Las cifras de su edición inaugural resultan elocuentes: seis mil millones de riales generados y once millones de visitantes cautivados en apenas 66 jornadas, provocando un incremento del 106% en las reservas aéreas con destino a la capital.
La ceremonia que dio inicio a la edición 2022 quedó grabada en los anales de la historia al establecer un récord mundial por la mayor cantidad de drones lanzando fuegos artificiales simultáneamente, congregando a 750.000 almas en el distrito Boulevard.
Apertura a la música y el arte
El festival MDLBEAST Soundstorm, que celebra su cita anual desde 2019, congrega a más de un centenar de DJs de renombre internacional junto a talentos locales emergentes.
Este acontecimiento musical ha modificado radicalmente la relación de la sociedad saudí con la expresión sonora, especialmente significativo en un territorio donde, hasta fechas recientes, la música en espacios públicos constituía una actividad prohibida.
Paralelamente, proyectos como Riyadh Art están transformando el paisaje urbano en un inmenso lienzo al aire libre, desplegando más de 1.000 creaciones de arte contemporáneo distribuidas estratégicamente en 300 ubicaciones a lo largo y ancho de la ciudad.
Este programa abarca trece iniciativas distintas, desde innovadores pabellones de arte digital hasta Noor Riyadh, considerado por especialistas como el festival de iluminación de mayor envergadura a nivel mundial.
Convivencia entre tradición y modernidad
La evolución cultural saudí representa un equilibrio de extraordinaria sutileza entre los impulsos renovadores y el respeto hacia las costumbres ancestrales. Testimonios de residentes locales sugieren que "la población anhelaba estos cambios; por ello no han generado conflictos".
Los jóvenes saudíes comparten activamente sus vivencias en plataformas digitales, generando expectación en torno a tradiciones seculares y estimulando una participación más amplia en estos eventos.
Manifestaciones como la Bienal de Artes Islámicas en Yeda ejemplifican esta transformación al buscar establecer "un diálogo fecundo entre comunidades musulmanas de diversas latitudes".
El reino avanza así hacia una identidad renovada que integra elementos contemporáneos en sus celebraciones tradicionales, configurando una experiencia cultural singular tanto para habitantes locales como para visitantes extranjeros.
Los servicios turísticos de Riad han florecido extraordinariamente durante el último lustro. La capital saudí ha sabido reinventarse como destino de primer orden, preparado meticulosamente para acoger visitantes procedentes de todos los rincones del planeta.
Sus modernas instalaciones dialogan armoniosamente con el patrimonio cultural milenario, configurando un escenario donde el viajero encuentra cuanto pudiera desear.
Opciones de alojamiento para todos los presupuestos
Riad despliega ante sus huéspedes un abanico hotelero que satisface cada expectativa y posibilidad económica. Las insignias del lujo como St. Regis Riyadh, Four Seasons Hotel Riyadh y The Ritz-Carlton brindan experiencias sublimes, merecedoras de calificaciones superiores a 8.9/10.
Quienes prefieren alternativas más comedidas en precio hallarán en Crowne Plaza Riyadh Palace o Aloft Riyadh una equilibrada relación entre calidad y coste.
Los mochileros y viajeros con recursos ajustados disponen igualmente de opciones asequibles: hostales como Rest day 2 Raja7017 desde apenas 12€ por noche, o albergues como Sands Inn Hostel por 21€.
El desembolso medio por habitación en la capital ronda los 139€ cada noche, cifra que fluctúa notablemente según el calendario. Enero emerge como el mes más ventajoso para la economía del viajero, ofreciendo tarifas hasta un 78% más económicas.
Los expertos recomiendan concretar las reservas con aproximadamente un trimestre de antelación para asegurar las condiciones más favorables.
Transporte y movilidad en la ciudad
El flamante metro de Riad constituye todo un hito en materia de movilidad urbana. Sus 176 kilómetros de trazado, distribuidos en seis líneas completamente automatizadas que conectan 85 estaciones, lo convierten en el sistema de metro sin conductor más extenso del orbe.
Esta monumental obra de ingeniería puede transportar hasta 3,6 millones de pasajeros diariamente, aliviando considerablemente la saturación vial en superficie.
Complementando esta columna vertebral del transporte, 80 líneas de autobús y tres rutas de tránsito rápido tejen una red que enlaza eficazmente hospitales, universidades, centros comerciales y edificios administrativos.
Más allá de mejorar la movilidad ciudadana, este entramado contribuye significativamente a la reducción de emisiones contaminantes, alineándose con las aspiraciones medioambientales del reino.
Gastronomía local y mercados tradicionales
El universo gastronómico de Riad abre una ventana fascinante hacia las esencias culturales saudíes. Entre las elaboraciones emblemáticas sobresale el kabsa, exquisito arroz perfumado con pollo o cordero, y el jareesh, sustanciosa preparación de trigo acompañada de carne.
Los paladares aventureros encontrarán deleite en especialidades callejeras como falafel, shawarma y manakish, servidas en numerosos puestos dispersos por el entramado urbano.
Los zocos tradicionales constituyen enclaves imprescindibles para todo visitante curioso. El zoco Al-Zal, uno de los más vetustos de la capital, abre sus puertas diariamente desde las 3:30 PM hasta las 10:30 PM, exhibiendo artesanías, especias y productos autóctonos.
El mercado de Taibah, por su parte, destaca por su equilibrio entre herencia e innovación, convirtiéndose en referente para adquirir indumentaria tradicional, orfebrería y joyería. Para una inmersión sensorial completa, el Festival Culinario de Riad ofrece demostraciones interactivas de cocina y degustaciones que permiten adentrarse en los secretos de la rica tradición gastronómica del reino.

Riad despunta actualmente como una de las joyas más deslumbrantes del Medio Oriente. La capital saudí ha recorrido un camino extraordinario desde sus modestos orígenes como pequeño asentamiento hasta consolidarse como una metrópoli palpitante que cautiva los sentidos.
Los visitantes quedan maravillados ante la magistral convivencia entre su rico legado histórico y su ambiciosa visión cosmopolita. Nada ilustra mejor esta fascinante dualidad que el contraste visual entre los muros terrosos de la Fortaleza de Al Masmak y la silueta esbelta del Kingdom Centre recortándose contra el cielo del desierto.
La apertura cultural que atraviesa el reino saudí ha permitido a Riad erigirse como escenario privilegiado de manifestaciones internacionales como Riyadh Season y MDLBEAST Soundstorm, espectáculos cuya mera concepción resultaba inimaginable una década atrás. Esta notable evolución, lejos de diluir las tradiciones ancestrales, las ha reinterpretado en un marco contemporáneo que seduce por igual a locales y foráneos.
El ecosistema turístico de la ciudad ha florecido notablemente en los últimos años. Los viajeros encuentran opciones de hospedaje que satisfacen desde las expectativas más exclusivas hasta los presupuestos más austeros, mientras se desplazan por la urbe gracias a un sistema de transporte público que representa la vanguardia tecnológica mundial.
Las delicias culinarias locales y la inmersión en los bulliciosos zocos tradicionales completan una experiencia sensorial que permite al visitante sumergirse en la auténtica esencia saudí sin renunciar a las comodidades del siglo XXI.
Riad trasciende así su papel como mero centro de negocios para configurarse como un destino turístico integral que merece ser explorado con detenimiento.
Los viajeros tienen el privilegio de presenciar un territorio en plena metamorfosis que, sin embargo, mantiene un profundo respeto por sus raíces históricas y culturales.
Esta singular combinación convierte a Riad en el nuevo tesoro turístico de Arabia Saudita, una ciudad que promete cautivar a quienes se atrevan a descubrir sus secretos.
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