Descubre Jeddah: La Verdad Sobre La Perla Del Mar Rojo
Jeddah, conocida como la "Sirena del Mar Rojo", es la segunda ciudad más grande de Arabia Saudita con aproximadamente 4.7 millones de habitantes. Esta impresionante metrópolis no solo funciona como el puerto marítimo más grande de Oriente Próximo, sino también como un fascinante destino donde la historia milenaria y la modernidad coexisten en perfecta armonía.
Situada a tan solo 65 kilómetros de La Meca, Jeddah ofrece innumerables atracciones que cautivan a visitantes de todo el mundo. Desde el casco antiguo Al-Balad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2014, hasta la majestuosa Corniche con sus 30 kilómetros de paseo marítimo.
Los turistas en Jeddah pueden maravillarse con la espectacular Fuente del Rey Fahd, que alcanza los 312 metros de altura, convirtiéndola en la más alta del mundo. Además, la ciudad alberga joyas arquitectónicas como la Mezquita Flotante, que parece levitar sobre las aguas del Mar Rojo. Sin duda, descubrir qué ver y qué hacer en Jeddah es embarcarse en un viaje donde tradición y futuro se entrelazan de manera sorprendente.

La historia de Jeddah se extiende más de 2.500 años en el tiempo, revelando una fascinante evolución desde sus humildes comienzos hasta convertirse en una metrópolis cosmopolita del Mar Rojo.
Orígenes como pueblo pesquero
Inicialmente, lo que hoy conocemos como Jeddah era apenas un modesto asentamiento de pescadores. Los historiadores señalan que la ciudad fue fundada hace aproximadamente 2.500 años, cuando la tribu yemení de Quda'a (بني قضاعة) se estableció en esta zona costera.
Estos primeros habitantes aprovecharon el arrecife natural y el puerto que ofrecía excelentes condiciones para la pesca. Algunos estudios arqueológicos sugieren incluso que los primeros asentamientos podrían remontarse hasta el 500 a.C., cuando la región era principalmente un pequeño poblado de pescadores que explotaba los abundantes recursos marítimos del Mar Rojo.
Importancia como puerto hacia La Meca
El verdadero punto de inflexión en la historia de Jeddah ocurrió en el año 647 d.C., cuando el tercer califa islámico, Uthmán ibn Affán, designó la ciudad como puerto oficial hacia La Meca.
Esta decisión estratégica transformó radicalmente el destino de Jeddah, convirtiéndola en la puerta de entrada para millones de peregrinos musulmanes que llegaban para realizar el Hajj y la Umrah.
Durante siglos, Jeddah ha funcionado como la principal puerta de entrada a los dos lugares más sagrados del Islam. Actualmente, el Puerto Islámico de Jeddah, que se extiende sobre un área de 12,5 kilómetros cuadrados, maneja el 75% de las exportaciones e importaciones del país.
Además, su privilegiada ubicación en el punto medio del Mar Rojo la convirtió en un enclave crucial de la antigua Ruta de la Seda, conectando China con Europa y facilitando el intercambio de especias, sedas, perfumes y metales preciosos.
Influencia otomana y saudí
En 1517, los turcos otomanos conquistaron la región y reconociendo la importancia estratégica de Jeddah, reconstruyeron sus murallas en 1525 para defenderla de los ataques portugueses. Esta nueva fortificación incluía seis torres de vigilancia y seis puertas urbanas.
La arquitectura otomana dejó una huella profunda en la ciudad, especialmente visible en el distrito histórico de Al-Balad. Edificios como la Casa de Alireza y la Mezquita Shafi'i exhiben la fusión entre el estilo otomano y las tradiciones arquitectónicas locales.
Finalmente, en diciembre de 1925, Jeddah pasó a formar parte del Reino de Arabia Saudita cuando Ibn Saud conquistó la ciudad. El Rey Abdulaziz bin Abdulrahman Al Saud residió en Jeddah durante aproximadamente diez años, específicamente en la Casa Nassif, estableciendo su consejo en las proximidades de la mezquita Al-Hanafi.
Este período marcó el comienzo de una nueva era de desarrollo para Jeddah, que continuaría evolucionando hasta convertirse en el centro comercial y cultural que es hoy.

En el corazón de la moderna Jeddah se encuentra Al-Balad, un fascinante laberinto de callejuelas estrechas y edificios históricos que transporta a los visitantes a otra época.
Este distrito histórico, habitado desde el siglo VII, representa el alma tradicional de la ciudad y ofrece una ventana única al pasado de Arabia Saudita.
Arquitectura tradicional y mashrabiyas
Al recorrer Al-Balad, lo primero que cautiva la mirada son los impresionantes edificios construidos con bloques de coral extraídos del Mar Rojo, una característica distintiva de la arquitectura Hijazi.
Estas estructuras, algunas de hasta cinco pisos de altura, están adornadas con elementos de madera que las hacen verdaderamente únicas. El elemento más emblemático son los "rawasheen" (روشان), balcones de madera tallada que se asemejan a los mashrabiyas encontrados en otros países árabes.
Estos elegantes enrejados no son meramente decorativos; cumplen funciones prácticas fundamentales. Derivado del persa "rosen" (balcón) o de "mashrafiya" (observar), estos elementos arquitectónicos proporcionaban privacidad, permitían la circulación del aire y protegían del intenso calor. A través de estos balcones, las mujeres podían observar a sus pretendientes sin ser vistas.
Museo Nassif y casas patrimoniales
Entre las joyas arquitectónicas de Al-Balad destaca la Casa Nassif, conocida como "La Casa con el Árbol", una mansión otomana construida entre 1872 y 1881. Esta edificación de 106 habitaciones perteneció originalmente a Omar Nasseef Effendi, un acaudalado comerciante y gobernador de Jeddah. Además, fue residencia del Rey Abdulaziz, fundador de la Arabia Saudita moderna.
Otras residencias notables incluyen la Casa Baeshen, construida en 1856, la Casa Sharbatly de 1910 y la Casa Jamjoom, todas ellas testimonios del esplendor arquitectónico del viejo Jeddah.
Souqs y vida local
Los bulliciosos mercados de Al-Balad ofrecen una experiencia comercial auténticamente árabe. El Souq Al-Alawi atraviesa el corazón del distrito, mientras que el Souq Al-Badu y el histórico Souq Al-Khasakiya, con más de 200 años de antigüedad, permiten a los visitantes sumergirse en la verdadera esencia comercial local.
Restauración y reconocimiento por la UNESCO
En 2014, Al-Balad fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un reconocimiento a sus 650 edificios históricos y 36 mezquitas antiguas distribuidas en un área de 2,5 kilómetros cuadrados.
Actualmente, el Programa de Distrito Histórico de Jeddah está restaurando 233 edificios patrimoniales, de los cuales 58 ya han sido completamente rehabilitados. Asimismo, algunas casas históricas como Beit Jokhdar, Beit Al-Rayess y Beit Kedwan están siendo transformadas en hoteles boutique que combinan la tradición con el lujo moderno.

Más allá del histórico Al-Balad, Jeddah ofrece un rostro contemporáneo que se refleja en su espléndida costa y monumentales obras arquitectónicas modernas.
Corniche y su paseo marítimo
El Corniche de Jeddah, también conocido como Jeddah Waterfront, se extiende a lo largo de 30 kilómetros por la costa del Mar Rojo. Inaugurado en 2017, este espacio recreativo cuenta con restaurantes, tiendas, hoteles, jardines y fuentes.
La zona está organizada para satisfacer diferentes intereses: áreas infantiles, espacios para deportistas y tres playas arenosas donde los visitantes pueden disfrutar del cálido sol. Un detalle curioso son las islas artificiales con forma de media luna plantadas con palmeras. Para mayor comodidad, todo el paseo marítimo está equipado con cien cámaras de vigilancia y servicio WiFi.
La Fuente del Rey Fahd
Un símbolo indiscutible de Jeddah es la Fuente del Rey Fahd, reconocida por Guinness World Records como la fuente más alta del mundo. Construida entre 1980 y 1983 e inaugurada en 1985, esta majestuosa estructura puede lanzar agua a una altura máxima de 260 metros.
El agua alcanza velocidades de 375 km/h con una masa en el aire que puede superar las 16 toneladas. A diferencia de otras fuentes, utiliza agua salada del Mar Rojo y está iluminada por más de 500 focos LED que crean un espectáculo nocturno impresionante.
Mezquita Flotante y Mezquita del Rey Saud
La Mezquita Al-Rahmah, conocida como la Mezquita Flotante, fue construida en 1985 sobre una superficie acuática. Esta estructura cuenta con una cúpula principal, 52 cúpulas exteriores y un diseño que crea la ilusión de flotar sobre el mar durante la marea alta.
Por su parte, la Mezquita del Rey Saud, diseñada por Abdel-Wahed El-Wakil y completada en 1987, es la más grande de Jeddah con 9.700 metros cuadrados. Su cúpula principal alcanza los 42 metros de altura, mientras que su minarete se eleva hasta los 60 metros.
Museo Abdul Raouf Khalil y Al Tayebat
El Museo Abdul Raouf Khalil forma parte de la Ciudad Internacional Tayebat de Ciencia y Conocimiento. Con 300 salas distribuidas en 12 edificios, este complejo muestra la historia pre-islámica e islámica de la región.
Por otra parte, el Museo Al Tayebat exhibe una impresionante colección de 60.000 artefactos históricos, incluyendo manuscritos, vestimentas tribales, monedas antiguas y armas.

Para planificar una visita inolvidable a la joya del Mar Rojo, es fundamental considerar algunos aspectos prácticos que harán de tu experiencia en Jeddah algo extraordinario.
Mejor época para visitar
Los meses entre noviembre y febrero constituyen la temporada ideal para visitar Jeddah. Durante este período, el clima es agradablemente fresco, con temperaturas máximas que rondan los 28°C en noviembre y descienden hasta los 22°C en diciembre. Este clima templado permite disfrutar cómodamente de las atracciones de la ciudad sin el agobio del calor extremo.
Por otra parte, es recomendable evitar los meses de verano (julio y agosto), cuando las temperaturas pueden alcanzar los 43°C e incluso superar los 55°C en casos extremos. Para actividades acuáticas como buceo o snorkel, marzo y octubre ofrecen un buen equilibrio entre temperatura del agua y clima.
Vestimenta y normas culturales
Aunque desde 2018 ya no es obligatorio que las mujeres extranjeras cubran su cabeza, la vestimenta modesta sigue siendo importante en esta sociedad conservadora. Para las mujeres, se recomienda ropa holgada que cubra hombros y rodillas. Los hombres deben evitar pantalones cortos y camisetas sin mangas fuera de zonas turísticas o playas.
Respecto a las normas culturales, es importante:
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Saludar con "Assalamu Alaikum" (la paz sea contigo)
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Evitar muestras públicas de afecto
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Solicitar permiso antes de fotografiar a personas
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Respetar los horarios de oración, cuando algunos comercios cierran temporalmente
Zonas recomendadas para alojarse
El norte de Al-Balad ofrece una experiencia auténtica, aunque los hoteles pueden ser básicos. Para quienes buscan comodidad con acceso al patrimonio histórico, el área cerca de Al-Balad como Prime Almina es recomendable.
Al-Hamra Corniche representa otra excelente opción, combinando proximidad al Mar Rojo con cercanía relativa al casco histórico. Los distritos Al Andalus y Al Rehab son ideales para viajeros de negocios y religiosos respectivamente.
Transporte y movilidad en la ciudad
Jeddah cuenta con un sistema de autobuses urbanos que cubre seis rutas principales con 76 autobuses modernos operando 18 horas diarias (5:30-23:30). El servicio conecta 72 estaciones que abarcan las principales atracciones de la ciudad.
Para desplazamientos más flexibles, las aplicaciones Uber y Careem ofrecen servicio confiable y tarifas predecibles. Los taxis tradicionales también están disponibles, aunque es recomendable acordar el precio antes de iniciar el viaje.
Asimismo, alquilar un coche es una buena alternativa para quienes planean explorar extensivamente la ciudad o viajar a destinos cercanos.

Jeddah, sin duda, representa una de las joyas más fascinantes de Arabia Saudita. Esta metrópolis, con más de 2.500 años de historia, ha evolucionado desde un humilde pueblo pesquero hasta convertirse en un dinámico centro comercial y cultural.
A lo largo de este recorrido, hemos descubierto cómo la ciudad combina magistralmente su patrimonio histórico con impresionantes avances arquitectónicos.
Al pasear por las callejuelas de Al-Balad, el visitante puede sentir el peso de los siglos en cada edificio de coral, cada mashrabiya tallada y cada mezquita centenaria.
Mientras tanto, la moderna Corniche ofrece un contraste espectacular con sus 30 kilómetros de paseo marítimo, complementada por la majestuosa Fuente del Rey Fahd que se eleva como testigo del progreso de la nación.
Para disfrutar plenamente de esta ciudad, es recomendable visitarla entre noviembre y febrero, cuando las temperaturas son más agradables. Asimismo, resulta fundamental respetar las costumbres locales, especialmente en cuanto a vestimenta y comportamiento público se refiere.
Finalmente, tanto si buscas sumergirte en la historia milenaria, maravillarte con la arquitectura contemporánea o simplemente disfrutar de las cálidas aguas del Mar Rojo, Jeddah ofrece experiencias inolvidables para todo tipo de viajeros.
Aunque anteriormente era principalmente conocida como puerta de entrada a La Meca, actualmente la ciudad se ha consolidado como un destino turístico por derecho propio, donde tradición y futuro coexisten en perfecta armonía.
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